Jaliscienses

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Julio de la Peña Lomelín (1917-2002)

Fotografia del Arquitectos Luis de la Peña

Nace en Guadalajara, Jal. el 10 de septiembre de 1917. Realiza sus estudios profesionales en la Universidad Autónoma de Guadalajara y en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, recibiéndose de arquitecto en 1942. Fue profesor de composición, de dibujo al natural y de historia del arte, de 1947 a 1949 y de composición, cuarto curso, de 1956 a 1957, en la Escuela de Arquitectura de Guadalajara de la que fue cofundador.


Colabora en el taller de P. Castellanos, de 1935 a 1938, siendo después jefe de proyectos en Martínez Negrete y Asociados, de 1938 a 1953. Ejerce la práctica privada desde 1953, en la cual se hace merecedor de las siguientes distinciones: Primer lugar Country Club de Guadalajara y primer lugar Hospital Quirón; premio José Clemente Orozco de arquitectura, en 1955, y premio Diseño arquitectónico, por el Auditorio del Estado de Jalisco, en 1969. En 1981 fue nombrado miembro emérito de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (SAM), y en 1988 se le otorgó el Premio Arquitectura Jalisco


Julio de la Peña es uno de los arquitectos tapatíos más prolíficos, quien, sin abandonar Guadalajara, su ciudad natal, ha realizado obras en otras zonas del país. También es importante apuntar su inclinación hacia los problemas de tecnología y estructuras, a los que ha aportado novedosas y personales proposiciones.


Sus primeras edificaciones se localizan en el campo de la habitación, donde ha buscado integrar las áreas jardinadas, los interiores y los exteriores, mediante el uso de grandes ventanales, y ha favorecido también el empleo de espejos de agua y albercas. Posteriormente, al proyectar edificios especializados, con mayor tamaño, el énfasis recayó en una adecuada solución constructiva, al destacar el uso del concreto aparente.


Una de sus principales realizaciones es la del Auditorio del Estado de Jalisco, notoria por su cubierta colgante, calculada por la computadora de la UNAM, que permite un claro de 90 metros; se trata de una construcción netamente funcional que favorece en su interior el desarrollo de múltiples actividades. También es menester apuntar en este sentido el edificio Pini, cuya estructura ha valido a De la Peña un reconocido prestigio en el campo del diseño y cálculo estructural.


El resto de la producción de este profesional goza de la misma excelencia en cuanto a su construcción, y responde siempre con claridad a los programas establecidos.


Así, sobresalen edificios como el conjunto urbano Melchor Ocampo, en México, D.F., donde el sello de calidad de este arquitecto queda patente una vez más.


La trayectoria de Julio de la Peña ha dejado una profuenda huella en la arquitectura de Jalisco,