Más allá del lenguaje con que se evidenció el gobernador Emilio González durante el llamado banquete del hambre, donde proclamó que las dudas que suscita su derroche del erario le valen madre, los médicos psiquiatras José Contreras Plascencia y Carlos Rodríguez Betancourt expresan su preocupación por la salud mental del funcionario. Opinan que el manejo del poder basado en la exageración de sus logros personales, así como el desprecio a los criterios y valores que no comparte, pueden revelar un trastorno narcisista de la personalidad