Para el gobierno federal, la aparición de ejecutados en Sinaloa, Nuevo León y otras entidades, presuntamente en hechos relacionados con el narco, es una reacción del crimen organizado por las embestidas en su contra en todo el país. Como sea, en Sinaloa son ya 256 ejecutados y en Nuevo León suman 27; la fuga de narcos de los penales es práctica común, y en Ciudad Juárez las violaciones y homicidios contra mujeres, ahora menores, siguen aumentando. Ahí la protesta y la demanda de justicia es de niños y niñas que claman: ¡atrapen a los culpables!