Repuesta de la crisis de 1997–98, Asia se enfrenta a los nuevos retos de la globalización. Esta región ha vivido una profunda transformación durante los últimos 50 años y se ha convertido en uno de los motores de la economía mundial, pero debe aplicar reformas y adaptarse para aprovechar las nuevas oportunidades y lograr un crecimiento económico más sostenible.

La región de Asia está procurando integrarse mejor en los mercados financieros regionales y mundiales. Su integración en el sistema financiero internacional está bastante avanzada, aunque es más limitada en el contexto regional. Es necesario afrontar las diversas dificultades que existen para impulsar el amplio programa de integración financiera.

Tras una década perdida, la economía de Japón se está recuperando. Actualmente, tiene un sistema bancario más saneado y las empresas son más sólidas, pero aún es necesario mejorar la utilización de la mano de obra, incrementar la competencia de los mercados de productos, liberalizar el sector agropecuario y fomentar la inversión extranjera directa para transformar fundamentalmente la economía.