¿Somos víctimas inermes de la manipulación que efectúan quienes dirigen los grandes medios de comunicación? ¿La producción superabundante de información oculta la censura para que no se conozcan sus siniestros intereses al servicio de Estados Unidos? ¿Amenaza este país a nuestra identidad con su imperialismo cultural? ¿De verdad? Este artículo argumenta que no es así. Sólo es retórica falaz

La paulatina desaparición de los diarios como fórmula tradicional del periodismo escrito supone opciones electrónicas. En los países donde la cultura periodística es pieza fundamental de su vida ciudadana la perspectiva parece optimista. Sin embargo, en México, el periodismo electrónico parece ser el hijo prematuro de un jovenzuelo que aun no terminó de madurar lo suficiente, para un público que aún asiste a cursos elementales para la comprensión de medios de información.