El explorador y misionero jesuita Francisco Eusebio Kino la bautizó en 1710 como la “sierra nevada”, y el también jesuita Wenceslao Linck años después la llamó “cierra de la cieneguilla”, hoy en día se le conoce como Sierra de San Pedro Mártir. Desde la cima de esta cierra el viajero observa hacia el occidente el océano pacifico y hacia oriente, el mar de cortés. Pocos lugares en el mundo ofrecen este espectáculo visual

Deje ya de imprimir documentos, enviar y recibir faxes, sacar fotocopias; los bosques del mundo tendrán un respiro. Tampoco hay la necesidad de estar en una oficina bajo el foco de 100 vatios, las tecnologías de la información, como la red inalámbrica Wi-Fi, nos facilitan el trabajo y de país, generan menores impactos ambientales APG 66

Reserva de la biosfera El pinacate y Gran desierto de Altar, la metáfora viva de un mar de arena y aún más: paisaje lunar en el desierto sonorense