Intrincados los intereses políticos del gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, con la megalomanía del exfutbolista Diego Armando Maradona, en aquella entidad se vivieron momentos que rayaron en lo absurdo.

La señora Araceli Arellano y su hija Águeda Yamín, la menor que fue violada por un exfuncionario del ayuntamiento tapatío en una de las fiestas a las que solía acudir el procurador Tomás Coronado, ahora se dicen víctimas del acoso del gobernador Emilio González Márquez. En marzo pasado una enviada del mandatario acudió al domicilio de la familia Arellano para proponer a la madre, a cambio de un empleo y becas para sus hijas, que desistiera de su querella contra el procurador y colaborara para limpiar la imagen del funcionario.