Más que su insaciable apetencia por los negocios, lo que parece mantener a este hombre en la cima del mundo corporativo es su habilidad para hacerse o deshacerse de lo que quiere o le estorba. Hoy, cuando ya empieza a soltar a sus hijos las riendas del imperio, mira más hacia los mercados globales, sin abdicar a la soberanía que ejerce en el país

Quienes la juzgaron una empresa poco viable, deben estarse mordiendo la lengua. Con utilidades discretas, pagos anticipados de su deuda e ingresos al alza, TFM avanza sobre rieles