Fue profesor, cantautor, escritor, poeta, político. Pero, por encima de todo, un aragonés que supo pregonar y defender su tierra. José Antonio Labordeta murió el pasado septiembre y Aragón lloró su muerte como él no hubiera sospechado. Los homenajes se habían sucedido en los últimos meses de su vida y, entre otros galardones, fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza.

Este proyecto acerca el trabajo de un grupo de ska a los alumnos adolescentes y preadolescentes.