José María de Tavira creció tras bambalinas. Como hijo de Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro, y de la actriz Rosa María Bianchi, pasó su infancia entre teatros. Cuando decidió dedicarse a los escenarios, tuvo que enfrentarse a las expectativas que sus apellidos imponían. Después de estudiar en el extranjero, regresó a México para construir poco a poco su propio camino, en un medio en el que no siempre se pueden elegir los mejores papeles. Ahora, De Tavira se enfrenta a una segunda etapa en la que prefiere esperar para encontrar roles que le impongan retos y, quizá, regresar al teatro, pero como director.

La idea de buscar el cuerpo de Miguel de Cervantes surgió en 2010. Francisco Etxeberría —profesor, médico forense y antropólogo, curtido también en exhumaciones de Víctor Jara, Salvador Allende y Pablo Neruda— dirigió lo que se llamó el Proyecto Cervantes, que involucró a 30 personas de diversas disciplinas: arqueólogos, antropólogos, forenses, eruditas del textil, expertos en momias, restauradores, técnicos, peritos de georradares, un sacerdote, abogados y un alpinista. El año pasado, finalmente, hallaron los restos que parecen ser los del autor más grande de nuestra lengua.

José María de Tavira creció tras bambalinas. Como hijo de Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro, y de la actriz Rosa María Bianchi, pasó su infancia entre teatros. Cuando decidió dedicarse a los escenarios, tuvo que enfrentarse a las expectativas que sus apellidos imponían. Después de estudiar en el extranjero, regresó a México para construir poco a poco su propio camino, en un medio en el que no siempre se pueden elegir los mejores papeles. Ahora, De Tavira se enfrenta a una segunda etapa en la que prefiere esperar para encontrar roles que le impongan retos y, quizá, regresar al teatro, pero como director.