La violencia en contra de las mujeres está cambiando. En México y en Centroamérica, el porcentaje de mujeres victimizadas en el espacio público es cada vez mayor. En esos países, la tasa de homicidio aumentó entre 2000 y 2011, y en algunos casos, de manera alarmante. Además, es necesario saber que hay violencia protagonizada por cientos de mujeres jóvenes que, en aras de asegurar un ingreso para ellas y sus familias, se encuentran hoy en el centro de la escalada de violencia criminal.

En todo el mundo, las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir violencia y lesiones provocadas por personas cercanas, como esposos y compañeros. A pesar de que la violencia contra las mujeres está ahora incluida en muchas agendas internacionales, los tomadores de decisiones de Latinoamérica deben darle mayor prioridad al asunto, ante la prevalencia de este tipo de violencia y sus consecuencias negativas en la salud, la economía y los derechos humanos.

Los problemas de seguridad han sido retos comunes para los países de la región en su combate contra el crimen organizado. Aunque no se puede hablar de Estados fallidos en Latinoamérica, la debilidad institucional de algunos países de la región los convierte en un campo más propicio y más atractivo para la implantación y el desarrollo de actividades ilícitas que los propios. Estados fallidos.