Resulta curiosa y habitual la costumbre que tienen tanto los Profesionales ligados a temas de packaging o los consumidores comunes, de criticar la gráfica de productos provenientes de otros países. A más de uno, nos debe haber pasado y, especialmente, si uno ha transitado algún supermercado europeo o norteamericano, enfrentar una góndola en donde resaltan 10 marcas en las categorías en las que uno está acostumbrado a ver sólo dos, y no tiene idea cuál llevar. Este mismo fenómeno ocurre en el mercado chileno, y es tema de análisis en este artículo, en donde el autor pone el foco en la ausencia de una “cultura de consumo local”.

La versatilidad en empaques para alimentos representa hoy en día, una alternativa muy práctica que garantiza la calidad del producto y la conservación Del mismo en óptimas condiciones