China está enviando señales ambivalentes sobre si aumentará o reducirá las tensiones por la disputa de las islas con Japón, una circunstancia que los japoneses interpretan como una falta de consenso respecto de la política que debe seguirse. a pesar de que todavía cabe la posibilidad de un conflicto, China necesita comprarle a Japón sus productos, tanto como los japoneses necesitan vendérselos, por lo que su enfrentamiento será menos probable.