No sólo la inseguridad aqueja a México. También los ajustes de cuentas al interior de partidos políticos y la falta de coordinación entre autoridades federales, además de los malentendidos diplomáticos con Estados Unidos, país que ha visto a México con desconfianza y como un peligro, no únicamente por la violencia, sino también por la fuerza que mantiene Andrés López Obrador en las encuestas rumbo al 2006. En este ambiente, la inseguridad pública continúa. Los grupos de narcos y de la delincuencia organizada ni se enteran que existe un programa de México Seguro para combatirlos. En los estados donde se ha aplicado hay opiniones encontradas, pero más negativas que positivas, y en la UNAM se da a conocer la forma en que el miedo a ser víctima de un asalto, secuestro o violación perturba la mente de los mexicanos, de 30 millones que viven estrés postraumático y se manifiesta en delirio de persecución, ansiedad, insomnio, irritabilidad