Enfrentado a sus socios de Univisión, descreditado en medios financieros estadunidenses por su prácticas monopólicas y por su injerencia en el Congreso mexicano para imponer la Ley Televisa, Emilio Azcárraga Jean tiene serios obstáculos para cumplir un viejo sueño familiar: dominar la televisión hispanohablante en Estados Unidos. Con todo, el empresario se mantiene aferrado a este propósito mediante la búsqueda de una participación mayoritaria en Univisión, la cuarte empresa mediática más importante de este país. Un proyecto, por cierto, que preocupa a círculos financieros y autoridades estadunidenses