En el último cuarto del siglo XX surgió una nueva conciencia sobre la preservación del patrimonio cultural de la humanidad. Ésta se ve reflejada en instrumentos jurídicos nacionales, regionales e internacionales dentro de Estados Unidos, los países mesoamericanos, la Unesco y el Unidroit, este último con sede en Roma. En pro del mejor interés cultural y la preservación del conocimiento universal, la comunidad internacional reivindica cada vez con más energía la devolución y restitución de bienes culturales ultrajados por las fuerzas del libre comercio. Para América Latina esto significa una oportunidad para preservar el legado cultural precolombino