Viajó a África por primera vez en 1955, a los 17 años. Le fascinó, y este habitual de la alta sociedad neoyorquina acabó siendo el fotógrafo de la vida salvaje. Publicó el libro ‘The end of the game’, donde denunciaba que la superpoblación acabará con nosotros. Su obra, más actual que nunca, se reedita ahora. Nos recibió en su casa de Francia.

Un paseo por el jardín secreto del perfumista más arriesgado del mundo. El iconoclasta Serge Lutens desvela la última de sus inquietas esencias en su refugio marroquí