Los grandes grupos editoriales españoles han creado sucursales propias en algunos países latinoamericanos, y llenan nuestras librerías de títulos españoles, pero no se preocupan por circular en los países de América Latina los títulos de autores latinoamericanos, que ellos mismos editan. El resultado es doloroso

Los autores tienen derecho a vivir de lo que escriben, eso es indiscutible, y los editores de lo que editan. ¿Pero no se dan cuanta ambos de la importante labor de divulgación de sus obras que hacen las bibliotecas públicas?

Nunca se ha hablado tanto de los Derechos de Autor, de la piratería, del plagio, de la copia masiva, sin embargo, lo que la ley propone como delito es una práctica habitual agotada sin ninguna reserva moral por el común de los mortales, incluidos autores y editores