La Unión Europea debe tomar en serio las proyecciones recientes que indican que el envejecimiento de la población tendrá fuertes repercusiones económicas y presupuestarias en los mercados laborales, el crecimiento económico y la situación fiscal. Las autoridades tienen que introducir ajustes para que las finanzas públicas soporten la presión.

Salvo donde las tasas de fecundidad son muy bajas, los ajustes necesarios a los sistemas de pensiones parecen viables. Pero según Turner, que dirigió la Comisión de Pensiones del Reino Unido, en todos los países el principio de elevar proporcionalmente la edad mínima de jubilación permite adaptarse a la mayor longevidad de las personas.

Las repercusiones del envejecimiento de la población en los mercados financieros está acaparando más atención. Los mercados pueden desempeñar una función importante en la gestión de los riesgos relacionados con el envejecimiento, pero a los gobiernos también les corresponden abordar los riesgos a largo plazo derivados del envejecimiento.