Concilio de Efeso, 431

Tercer Concilio Ecuménico, convocado por el emperador bizantino Teodosio II, durante el pontificado de San Celestino I, para clarificar las enseñanzas de Nestorio, quien dividía en Jesús lo humano y lo divino. Este Concilio proclama a Cristo consustancial al Padre en razón de la divinidad y consustancial a nosotros en razón de la humanidad; distinguen las dos naturalezas en Cristo: la humana y la divina, unidas hipostáticamente en una sola Persona, y presenta a María como Theotokos, "Madre de Dios".