Nacido en Zúrich en 1916 como reacción al sinsentido de la Primera Guerra Mundial, el dadaísmo hizo de la provocación y el escándalo formas habituales de expresión, descalificando todo el arte anterior y en general la cultura occidental. Ante un mundo que consideraba absurdo e ilógico, defiende el azar y la manifestación del inconsciente como vía para la creación. Fue la fuente principal del Surrealismo.