Indica las formas menos graves de las anomalías, frecuentes en los niños y en los adolescentes, que no se derivan de alguna patología orgánica y que no remiten a cuadros psicóticos. Por lo general tales trastornos se consideran reactivos a un ambiente afectiva y socialmente desprovisto, y se manifiestan con problemas de desarrollo de la personalidad, dificultades escolares y rasgos neuróticos.
Nota de alcance: Ver desarrollo bajo Trastornos Psicológicos - Clasificación en el Tesauro de Psicología.