Ha sido usado para nombrar desfases que presenta el sistema educativo en su conjunto, principalmente el sector escolarizado, pero también puede emplearse para nombrar el retraso escolar que experimenta un alumno como consecuencia de divergencias entre dos o más de los siguientes aspectos: capacidad de aprendizaje, rendimiento obtenido o nivel alcanzado, edad cronológica y tiempo de permanencia en la institución escolar.